domingo, 6 de abril de 2014

DIARIO DE HITLER.








 DIARIO PERSONAL DE ADOLF HITLER
ALEMANIA, 1945
  
Estas últimas horas han sido horribles. No aguanto más. La idea de qué debo hacer me atormenta cada noche. ¿Cómo es posible que me pase esto? A mí, al mismo Adolf Hitler.
¿Es digno pasar tus últimos días en este mísero Bunker?
Una a una, es la Señorita Tradul Junge, mi secretaria, escogida minuciosamente en mi viejo cuartel militar, la Guarida del lobo, la que se encarga de pulsar con delicadeza las teclas de esta vieja máquina de escribir. Junto a ella, la tinta y el papel son mis únicos confesores.
Nunca vacilo en mis órdenes, y creo que se ha demostrado. He llevado a cabo, una por una, cada una de las escritas en el Mein Kampf. Todos, pagarán por lo que me han hecho. Ellos mismos, me han convertido en esta bestia imparable.
La esvástica, ha estado conmigo toda mi vida, y hasta la muerte la llevaré. Eso nos simboliza a nosotros, a la raza aria, los más puros alemanes, a nosotros los nazis. Somos superiores a toda esa panda de escoria que invade las calles de toda Alemania. Ni un solo judío, ni un solo gitano, ni un solo discapacitado, ni un solo negro debe quedar vivo en mis tierras. Males hemos vivido a causa de ellos, pero sobre todo, a causa de los primeros. Esta es mi lucha. De todo he hecho para conseguir mis objetivos. Desde empezar llevando judíos desnudos a Odessa para seguidamente fusilarlos, hasta a imposición de la solución final, que acabará con ellos. En los campos de exterminio cómo el de Treblinka, morirán todos y todos acabarán cómo lo que son, cómo basura para la Tierra. El mismísimo Thomas Mann, morirá, y lo veré con mis propios ojos. Es judío y no merece vivir en este privilegiado mundo.
¿Un triunfador negro? No, por supuesto que no. Esto no. ¿Las olimpiadas de Berlín? Qué humillación. Si hubiera estado en mi mano, ese negro no hubiera tenido ni la posibilidad a participar. Qué vergüenza.
Solo o en compañía quizás, de los más sucios traidores, he conseguido todo lo que me he propuesto, pero no, no lo he hecho por mí, lo he hecho por ustedes, mis más fieles seguidores, para que tengáis la oportunidad de vivir en la mejor Alemania nunca vista.
Poco a poco, cada uno de las personas en las que confiaba, se han ido convirtiendo en un sucio perro traidor, entre ellos, mí más querido Himmler, ¿cómo ha sido capaz? Pocos quedan a mi lado, pero esos pocos, han estado conmigo desde el principio. Miembros de la SS, que me han honorado durante mi mandato, esos que han llevado a cabo mis órdenes de manera fiel y sin protesta, esos, son los alemanes que realmente valen la pena y todo lo que han hecho por mí, en la Tierra, o dónde quiera que esté, siempre se los agradeceré.
Mi fiel ministro de propaganda, Goebbles, orador del III Reich, siempre ha hecho todo aquello que le he pedido. Ha hecho de mí en estos últimos días. No podía sacar fuerzas para enfrentarme a la plebe, así que él ha sido quién ha actuado.  Él y su familia, un modelo a seguir de la perfecta familia alemana, siempre me han apoyado, y nunca me han dejado solo. Añoraré oír a mis pequeños ‘’sobrinos’’ llamarme tío Hitler, y escuchar sus bien ensañadas canciones.
Las dos mujeres de mi vida. Lo más importante que tengo. Ellas, a día de hoy, siguen conmigo, y siempre lo harán. Estoy confiado de ello. Siempre lo harán. Mi pequeña Blondi. Oh, preciosa, como te voy a echar de menos. Espero que me perdones por lo que te sucederá, pero no pienso dejar que ni un solo rojo te ponga las manos encima. Siempre me has seguido, y nunca me has dejado atrás. Tus ladridos, son una inyección de valor para mí.
Eva Braun. Solo con escuchar su nombre, se me ponen de punta el vello y se me sonrojan las mejillas. ¿Cómo has conseguido que un hombre tan anti sentimental como yo, se enamore de una forma tan profunda de ti? Serás la señora Hitler, y llevarás ese apellido con gran orgullo.
Es increíble cómo ha cambiado Alemania.
¿De verdad pretendían que la República de Weimar fuera a funcionar? ¿Democracia? Oh por favor. Todo eso no son más que pamplinas y más pamplinas.
¿Cómo se les ocurre firmar el Tratado de Versalles? ¿Eso es lo que realmente querría una Alemania digna? ¿Nosotros fuimos realmente los causantes de todo? Oh, es humillante. Todo tenía que cambiar. Sí, fracasé en el putsch de Munich, pero llegué al poder. No podía permitir que Alemania siguiera sufriendo tanto.
Hindenburg, me concedió permiso para disolver el Parlamento y convocar unas nuevas elecciones, las elecciones de 1933. El pueblo nos quería a nosotros, a los NAZIS.
Las libertades individuales se debían de suspender, también el control judicial sobre las detenciones y la pena de muerte, se debía de restablecer. Debían de confiar en mí. Yo los sacaré a delante.
Nosotros, somos los realmente fieles, los poderosos. Con el incendio del Reichstag, conseguí culpar a los comunistas, y con ello, fomentar el odio hacia ellos.
Concentré todos los poderes tras la muerte de Hindenburg, cada vez, era más y más fuerte.
Todo aquel que se opusiera a mi o a mi mandato, sería eliminado. Toda aquella clase de persona que no me aceptara, sería porque es una rata de alcantarilla que no desea el avance de Alemania. Y lo cumplí. Claro que lo cumplí. En la noche de los Cuchillos Largos, di la orden de asesinar a todo aquel que no compartiera mi ideología. No existirá oposición alguna al gran Führer.
La población se debía de convencer de que todo aquel que no perteneciera a la raza aria, no era digno de vivir en Alemania, o simplemente, no era digno de vivir.
Todo se debía de fomentar para hacerlo más creíble, así que se fundaron las Leyes de Nuremberg, las cuales prohibían los matrimonios entre judíos y alemanes de raza aria ya que los judíos, no eran ciudadanos alemanes. Eran unos malhechores, causantes de todas las malas situaciones vividas en Alemania. No eran dignos de vivir en nuestra madre patria.
Las tiendas de los judíos debían de ser destruidas y todos sus referentes también. En ceniza, acabarán todos y cada uno de ellos. Empezamos en la noche de los cristales rotos, dónde detuvimos a miles de ellos, alguno que otro corrió con la suerte de ser asesinado, destruimos sus tiendas e incendiamos sus sinagogas. Había que limpiar a Alemania de toda esa basura.
Conquistar Europa era otra de mis principales ideas, aunque no tenía problema en repartirla mediante un acuerdo con las demás principales potencias. Ellos también podrían crear su propio espacio vital.
Nuestras tropas, ocuparon Austria y forcé un referéndum para aprobar la incorporación de Austria al Reich (Anschluss) Aunque poco tiempo después, se produjo la ocupación de los Sudetes, dónde vivía una gran parte de población alemana.
En 1938, si no recuerdo mal, allá en el mes de Septiembre, convoqué a los jefes del gobierno de Gran Bretaña, Francia e Italia, en la denominada conferencia de Munich. Conseguí lo que me propuse. Aceptaron nuestra ocupación si les prometíamos no causar futuras agresiones.
Los soviéticos, temían nuestro avance y no esperaban ayuda de otros. Esto, apresuró a Stalin para firmar el pacto germano-soviético de no agresión.
Asia, llevó a cabo su expansionismo, pero para hacerlo, tuvo que hacer algún que otro cambio, se acercó a nosotros y reforzó su alianza con el Pacto Antikomintern, considerando el principal enemigo de la zona a la URSS.
Nuestro orgullo se fomentaba cada vez más con nuestras gloriosas victorias. Se conquistó rápidamente Dinamarca y Noruega. Con suerte para nosotros, eso, provocó la dimisión de Chamberlain, formándose un nuevo gobierno de unidad nacional presidido por Winston Churchill.
El gran Mussolini, al ver que no bromeábamos y que cada vez cobrábamos más fuerza, entró en la guerra uniéndose a nuestras operaciones y apoyándolas incondicionalmente.
En junio, entramos en París, y Petain, pidió el armisticio. No era bobo el hombre. Y al final, se acabó firmando. Dividimos Francia en dos zonas, una bajo nuestro dominio directo, y otra, con un Estado que colaboraba con nosotros bajo el dominio del mismo Petain, cuya capital residía en Vichy.  La Francia de Vichy.  Una supuesta Francia libre dirigida por Charles de Gaulle.
Decidí en 1940, llevar a cabo la batalla de Inglaterra. Se produjo una ocupación marina y tuvo importancia la acción de la aviación. Acabando el verano, se dio comienzo a los notables bombardeos. La lutwaffe, sobre los objetivos militares y núcleos urbanos, que cuenta con la máxima fuerza de Göring. No me arrepiento de ello. Mi sed de venganza y expansión no se abastecía y aunque tuve que renunciar a la invasión, sé, que el resultado con los medios necesarios, habría sido otro.
Astutos, los italianos atacaron Egipto, recibiendo ayuda de su protectorado británico. Fracasaron e intervenimos con el Afrika Korps, dirigido por Rommel.
Todo eran cambios y más cambios. Nada era predicho. Quizás, mi mandato empezara a tambalearse.
Los soviéticos se resistían a todo.  No pudimos conquistar la ciudad de Leningrado, todo estaba prácticamente perdido. La batalla de Stalingrado, acabó con nuestra humillante rendición. Nuestra primera derrota. ¿Qué estaba pasando? A partir de ese día, cada noche, pasaba las interminables horas en la cama pensando qué hacer. Hemos perdido una batalla, pero no la guerra.
Más escoria en mi camino. Roosevelt nos declaró la guerra, pero también se la declaró a Italia y a Japón. Todo condujo al ataque aéreo contra los estadounidenses en Pearl Harbour.
Cada vez, los japoneses tenían más fuerza y eran imparables. Lo empezaba a notar. Mi mandato, se tambaleaba, ahora sí que lo hacía. Bueno, que digo. No, no lo hacía.  Frenaron a los japoneses. Sí, vamos. Podemos contra todo y todos. Nuestras tropas se rindieron en Stalingrado. No, no pasa nada. No hemos perdido la guerra. Todos verán quién realmente manda.
Los rojos seguían avanzando y tuvimos que retroceder. En el frente del oeste, se produjo el desembarco de Normandía, favorecido por el avance de los soviéticos.
No, no podía ser. Cada vez eran más las continuas derrotas. No podía soportarlo. ¿Era esto el final? Meses atrás, hubiera contestado que no. Claro que no. Pero ya nada era lo mismo. ¿Debería abandonar y rendirme? No, jamás me rendiría. ¿Qué debía hacer entonces? Esta idea, me torturó y torturará hasta el final de mis días.
Nunca entenderé por qué mi mandato ha causado tanta polémica, ¿qué he hecho mal?, ¿a caso es verdad eso de que me odia todo el mundo? Nunca he hecho nada que, desde mi punto de vista, no favoreciera a mis verdaderos ciudadanos. Numerosos gobiernos parecidos a los míos pasarán a la historia. ¿Qué hay del gobierno fascista de Franco? Nosotros, los alemanes, lo ayudamos porque es un hombre que realmente tiene bien amueblada la cabeza. Gobiernos cómo los del mismo Hiroito en Asia. Todos, al fin y al cabo, tenemos cosas en común. Nos repartimos por todo el mundo, ¿por qué sólo se me recrimina a mi? ¿Es que el mismo Papa Pío XII, se opuso y lo manifestó de forma clara y determinante a mi mandato?, ¿verdad que no? Me gustaría saber qué es lo que inquieta a la plebe, me gustaría saber qué es lo que los lleva a querer asesinar a su Führer más poderoso. ¿Stauffenberg? Ese ‘’hombre’’ no es más que escoria que fracasó en el intento de asesinarme. ¿Qué se siente, cobarde?
Me cuesta admitirlo, pero quizá, de alguna manera, ya todo esté perdido. ¿Sigo en la guerra?, ¿Sigo dando órdenes inútiles? ¿Para qué?, nadie me obedece ya a estas alturas. ¿Cómo se le ocurre al mismo Rudolf Hess, hacer un viaje para firmar la paz?, ¿estamos locos? ¿FIRMAR LA PAZ? Primero muerto antes que arrástrame a semejante humillación. Millones de soldados alemanes han muerto honorablemente en el campo de batalla. De niños a hombres adultos, nadie se queda en el tintero. ¿Sería justo para ellos que se dejaron la piel por su PATRIA? Por supuesto que no. Por ellos, por los que se encargaron de derramar hasta la última gota de su sangre para defendernos, por ellos, nunca firmaré ni un tratado más. Quizá, empiece ya el principio del final de Adolf Hitler. Nunca me dejaré atrapar por nadie. Ni un solo rojo me pondrá un dedo encima. A mi pesar queda no poder haber encontrado el Santo Grial. ¿Dónde estarás, maldito? Vida eterna nos hubieras proporcionado a los que te poseyéramos, un mundo mejor os hubiera proporcionado.
No somos una potencia atrasada, y estoy seguro de que quizás con alguna orden mejorada o cualquier otra cosa, hubiéramos ganado la guerra. Sí, la hubiéramos ganado. Contamos con armas realmente valiosas, avanzadas y utilizables. Fusiles, Zepelines, cuchillos, lo que sea. Un mismo cohete inventamos, el cohete V2, pero no, no funcionó como teníamos previsto. Lástima.
¿Está ya la última decisión tomada? Sí, en estos momentos sí. Moriré honradamente, pero moriré yo, por mi misma cuenta. No daré ese privilegio de matarme a otros. Y no, no va a quedar ni un solo resto de mí. Repito que ni un solo soviético me manejará, así que ordenaré que incineren mi cadáver. Sí, vuestro máximo gobernante, vuestro amigo, vuestro ayudante, vuestro todo, se va. Siento mucho esta decisión por todo aquel que me ha seguido desde el principio de mi mandato. Siempre lo tendré en cuenta. Juntos, podemos todo, pero ahora no es el momento de eso. 

XIOMARA ISABEL PERAZA HERNÁNDEZ, 1ºBACHILLERATO, A.

1 comentario:

  1. La tarea cumple completamente las condiciones o los requisitos exigidos. Enhorabuena. Te animo a perseverar, a seguir este caminio de superación académica y personal. Adelante.

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