DIARIO PERSONAL DE ADOLF HITLER
ALEMANIA, 1945
Estas últimas horas han
sido horribles. No aguanto más. La idea de qué debo hacer me atormenta cada
noche. ¿Cómo es posible que me pase esto? A mí, al mismo Adolf Hitler.
¿Es digno pasar tus
últimos días en este mísero Bunker?
Una a una, es la
Señorita Tradul Junge, mi secretaria, escogida minuciosamente en mi viejo
cuartel militar, la Guarida del lobo, la que se encarga de pulsar con
delicadeza las teclas de esta vieja máquina de escribir. Junto a ella, la tinta
y el papel son mis únicos confesores.
Nunca vacilo en mis
órdenes, y creo que se ha demostrado. He llevado a cabo, una por una, cada una
de las escritas en el Mein Kampf. Todos, pagarán por lo que me han hecho. Ellos
mismos, me han convertido en esta bestia imparable.
La esvástica, ha estado
conmigo toda mi vida, y hasta la muerte la llevaré. Eso nos simboliza a
nosotros, a la raza aria, los más puros alemanes, a nosotros los nazis. Somos
superiores a toda esa panda de escoria que invade las calles de toda Alemania.
Ni un solo judío, ni un solo gitano, ni un solo discapacitado, ni un solo negro
debe quedar vivo en mis tierras. Males hemos vivido a causa de ellos, pero
sobre todo, a causa de los primeros. Esta es mi lucha. De todo he hecho para
conseguir mis objetivos. Desde empezar llevando judíos desnudos a Odessa para
seguidamente fusilarlos, hasta a imposición de la solución final, que acabará
con ellos. En los campos de exterminio cómo el de Treblinka, morirán todos y
todos acabarán cómo lo que son, cómo basura para la Tierra. El mismísimo Thomas
Mann, morirá, y lo veré con mis propios ojos. Es judío y no merece vivir en
este privilegiado mundo.
¿Un triunfador negro?
No, por supuesto que no. Esto no. ¿Las olimpiadas de Berlín? Qué humillación.
Si hubiera estado en mi mano, ese negro no hubiera tenido ni la posibilidad a
participar. Qué vergüenza.
Solo o en compañía
quizás, de los más sucios traidores, he conseguido todo lo que me he propuesto,
pero no, no lo he hecho por mí, lo he hecho por ustedes, mis más fieles
seguidores, para que tengáis la oportunidad de vivir en la mejor Alemania nunca
vista.
Poco a poco, cada uno
de las personas en las que confiaba, se han ido convirtiendo en un sucio perro
traidor, entre ellos, mí más querido Himmler, ¿cómo ha sido capaz? Pocos quedan
a mi lado, pero esos pocos, han estado conmigo desde el principio. Miembros de
la SS, que me han honorado durante mi mandato, esos que han llevado a cabo mis
órdenes de manera fiel y sin protesta, esos, son los alemanes que realmente
valen la pena y todo lo que han hecho por mí, en la Tierra, o dónde quiera que
esté, siempre se los agradeceré.
Mi fiel ministro de
propaganda, Goebbles, orador del III Reich, siempre ha hecho todo aquello que
le he pedido. Ha hecho de mí en estos últimos días. No podía sacar fuerzas para
enfrentarme a la plebe, así que él ha sido quién ha actuado. Él y su familia, un modelo a seguir de la
perfecta familia alemana, siempre me han apoyado, y nunca me han dejado solo.
Añoraré oír a mis pequeños ‘’sobrinos’’ llamarme tío Hitler, y escuchar sus
bien ensañadas canciones.
Las dos mujeres de mi
vida. Lo más importante que tengo. Ellas, a día de hoy, siguen conmigo, y
siempre lo harán. Estoy confiado de ello. Siempre lo harán. Mi pequeña Blondi.
Oh, preciosa, como te voy a echar de menos. Espero que me perdones por lo que
te sucederá, pero no pienso dejar que ni un solo rojo te ponga las manos
encima. Siempre me has seguido, y nunca me has dejado atrás. Tus ladridos, son
una inyección de valor para mí.
Eva Braun. Solo con
escuchar su nombre, se me ponen de punta el vello y se me sonrojan las mejillas.
¿Cómo has conseguido que un hombre tan anti sentimental como yo, se enamore de
una forma tan profunda de ti? Serás la señora Hitler, y llevarás ese apellido
con gran orgullo.
Es increíble cómo ha
cambiado Alemania.
¿De verdad pretendían
que la República de Weimar fuera a funcionar? ¿Democracia? Oh por favor. Todo
eso no son más que pamplinas y más pamplinas.
¿Cómo se les ocurre
firmar el Tratado de Versalles? ¿Eso es lo que realmente querría una Alemania
digna? ¿Nosotros fuimos realmente los causantes de todo? Oh, es humillante.
Todo tenía que cambiar. Sí, fracasé en el putsch de Munich, pero llegué al
poder. No podía permitir que Alemania siguiera sufriendo tanto.
Hindenburg, me concedió
permiso para disolver el Parlamento y convocar unas nuevas elecciones, las
elecciones de 1933. El pueblo nos quería a nosotros, a los NAZIS.
Las libertades
individuales se debían de suspender, también el control judicial sobre las
detenciones y la pena de muerte, se debía de restablecer. Debían de confiar en mí.
Yo los sacaré a delante.
Nosotros, somos los
realmente fieles, los poderosos. Con el incendio del Reichstag, conseguí culpar
a los comunistas, y con ello, fomentar el odio hacia ellos.
Concentré todos los
poderes tras la muerte de Hindenburg, cada vez, era más y más fuerte.
Todo aquel que se
opusiera a mi o a mi mandato, sería eliminado. Toda aquella clase de persona
que no me aceptara, sería porque es una rata de alcantarilla que no desea el
avance de Alemania. Y lo cumplí. Claro que lo cumplí. En la noche de los
Cuchillos Largos, di la orden de asesinar a todo aquel que no compartiera mi
ideología. No existirá oposición alguna al gran Führer.
La población se debía
de convencer de que todo aquel que no perteneciera a la raza aria, no era digno
de vivir en Alemania, o simplemente, no era digno de vivir.
Todo se debía de
fomentar para hacerlo más creíble, así que se fundaron las Leyes de Nuremberg,
las cuales prohibían los matrimonios entre judíos y alemanes de raza aria ya
que los judíos, no eran ciudadanos alemanes. Eran unos malhechores, causantes
de todas las malas situaciones vividas en Alemania. No eran dignos de vivir en
nuestra madre patria.
Las tiendas de los
judíos debían de ser destruidas y todos sus referentes también. En ceniza,
acabarán todos y cada uno de ellos. Empezamos en la noche de los cristales
rotos, dónde detuvimos a miles de ellos, alguno que otro corrió con la suerte
de ser asesinado, destruimos sus tiendas e incendiamos sus sinagogas. Había que
limpiar a Alemania de toda esa basura.
Conquistar Europa era otra
de mis principales ideas, aunque no tenía problema en repartirla mediante un
acuerdo con las demás principales potencias. Ellos también podrían crear su
propio espacio vital.
Nuestras tropas,
ocuparon Austria y forcé un referéndum para aprobar la incorporación de Austria
al Reich (Anschluss) Aunque poco tiempo después, se produjo la ocupación de los
Sudetes, dónde vivía una gran parte de población alemana.
En 1938, si no recuerdo
mal, allá en el mes de Septiembre, convoqué a los jefes del gobierno de Gran
Bretaña, Francia e Italia, en la denominada conferencia de Munich. Conseguí lo
que me propuse. Aceptaron nuestra ocupación si les prometíamos no causar
futuras agresiones.
Los soviéticos, temían
nuestro avance y no esperaban ayuda de otros. Esto, apresuró a Stalin para
firmar el pacto germano-soviético de no agresión.
Asia, llevó a cabo su
expansionismo, pero para hacerlo, tuvo que hacer algún que otro cambio, se
acercó a nosotros y reforzó su alianza con el Pacto Antikomintern, considerando
el principal enemigo de la zona a la URSS.
Nuestro orgullo se
fomentaba cada vez más con nuestras gloriosas victorias. Se conquistó
rápidamente Dinamarca y Noruega. Con suerte para nosotros, eso, provocó la
dimisión de Chamberlain, formándose un nuevo gobierno de unidad nacional
presidido por Winston Churchill.
El gran Mussolini, al
ver que no bromeábamos y que cada vez cobrábamos más fuerza, entró en la guerra
uniéndose a nuestras operaciones y apoyándolas incondicionalmente.
En junio, entramos en
París, y Petain, pidió el armisticio. No era bobo el hombre. Y al final, se
acabó firmando. Dividimos Francia en dos zonas, una bajo nuestro dominio
directo, y otra, con un Estado que colaboraba con nosotros bajo el dominio del
mismo Petain, cuya capital residía en Vichy.
La Francia de Vichy. Una supuesta
Francia libre dirigida por Charles de Gaulle.
Decidí en 1940, llevar
a cabo la batalla de Inglaterra. Se produjo una ocupación marina y tuvo
importancia la acción de la aviación. Acabando el verano, se dio comienzo a los
notables bombardeos. La lutwaffe, sobre los objetivos militares y núcleos
urbanos, que cuenta con la máxima fuerza de Göring. No me arrepiento de ello.
Mi sed de venganza y expansión no se abastecía y aunque tuve que renunciar a la
invasión, sé, que el resultado con los medios necesarios, habría sido otro.
Astutos, los italianos
atacaron Egipto, recibiendo ayuda de su protectorado británico. Fracasaron e
intervenimos con el Afrika Korps, dirigido por Rommel.
Todo eran cambios y más
cambios. Nada era predicho. Quizás, mi mandato empezara a tambalearse.
Los soviéticos se
resistían a todo. No pudimos conquistar
la ciudad de Leningrado, todo estaba prácticamente perdido. La batalla de
Stalingrado, acabó con nuestra humillante rendición. Nuestra primera derrota.
¿Qué estaba pasando? A partir de ese día, cada noche, pasaba las interminables
horas en la cama pensando qué hacer. Hemos perdido una batalla, pero no la
guerra.
Más escoria en mi
camino. Roosevelt nos declaró la guerra, pero también se la declaró a Italia y
a Japón. Todo condujo al ataque aéreo contra los estadounidenses en Pearl
Harbour.
Cada vez, los japoneses
tenían más fuerza y eran imparables. Lo empezaba a notar. Mi mandato, se
tambaleaba, ahora sí que lo hacía. Bueno, que digo. No, no lo hacía. Frenaron a los japoneses. Sí, vamos. Podemos
contra todo y todos. Nuestras tropas se rindieron en Stalingrado. No, no pasa
nada. No hemos perdido la guerra. Todos verán quién realmente manda.
Los rojos seguían
avanzando y tuvimos que retroceder. En el frente del oeste, se produjo el
desembarco de Normandía, favorecido por el avance de los soviéticos.
No, no podía ser. Cada
vez eran más las continuas derrotas. No podía soportarlo. ¿Era esto el final?
Meses atrás, hubiera contestado que no. Claro que no. Pero ya nada era lo
mismo. ¿Debería abandonar y rendirme? No, jamás me rendiría. ¿Qué debía hacer
entonces? Esta idea, me torturó y torturará hasta el final de mis días.
Nunca entenderé por qué
mi mandato ha causado tanta polémica, ¿qué he hecho mal?, ¿a caso es verdad eso
de que me odia todo el mundo? Nunca he hecho nada que, desde mi punto de vista,
no favoreciera a mis verdaderos ciudadanos. Numerosos gobiernos parecidos a los
míos pasarán a la historia. ¿Qué hay del gobierno fascista de Franco? Nosotros,
los alemanes, lo ayudamos porque es un hombre que realmente tiene bien
amueblada la cabeza. Gobiernos cómo los del mismo Hiroito en Asia. Todos, al
fin y al cabo, tenemos cosas en común. Nos repartimos por todo el mundo, ¿por
qué sólo se me recrimina a mi? ¿Es que el mismo Papa Pío XII, se opuso y lo
manifestó de forma clara y determinante a mi mandato?, ¿verdad que no? Me
gustaría saber qué es lo que inquieta a la plebe, me gustaría saber qué es lo
que los lleva a querer asesinar a su Führer más poderoso. ¿Stauffenberg? Ese
‘’hombre’’ no es más que escoria que fracasó en el intento de asesinarme. ¿Qué
se siente, cobarde?
Me cuesta admitirlo,
pero quizá, de alguna manera, ya todo esté perdido. ¿Sigo en la guerra?, ¿Sigo
dando órdenes inútiles? ¿Para qué?, nadie me obedece ya a estas alturas. ¿Cómo
se le ocurre al mismo Rudolf Hess, hacer un viaje para firmar la paz?, ¿estamos
locos? ¿FIRMAR LA PAZ? Primero muerto antes que arrástrame a semejante
humillación. Millones de soldados alemanes han muerto honorablemente en el
campo de batalla. De niños a hombres adultos, nadie se queda en el tintero.
¿Sería justo para ellos que se dejaron la piel por su PATRIA? Por supuesto que
no. Por ellos, por los que se encargaron de derramar hasta la última gota de su
sangre para defendernos, por ellos, nunca firmaré ni un tratado más. Quizá,
empiece ya el principio del final de Adolf Hitler. Nunca me dejaré atrapar por
nadie. Ni un solo rojo me pondrá un dedo encima. A mi pesar queda no poder
haber encontrado el Santo Grial. ¿Dónde estarás, maldito? Vida eterna nos
hubieras proporcionado a los que te poseyéramos, un mundo mejor os hubiera
proporcionado.
No somos una potencia
atrasada, y estoy seguro de que quizás con alguna orden mejorada o cualquier
otra cosa, hubiéramos ganado la guerra. Sí, la hubiéramos ganado. Contamos con
armas realmente valiosas, avanzadas y utilizables. Fusiles, Zepelines,
cuchillos, lo que sea. Un mismo cohete inventamos, el cohete V2, pero no, no
funcionó como teníamos previsto. Lástima.
¿Está ya la última
decisión tomada? Sí, en estos momentos sí. Moriré honradamente, pero moriré yo,
por mi misma cuenta. No daré ese privilegio de matarme a otros. Y no, no va a
quedar ni un solo resto de mí. Repito que ni un solo soviético me manejará, así
que ordenaré que incineren mi cadáver. Sí, vuestro máximo gobernante, vuestro
amigo, vuestro ayudante, vuestro todo, se va. Siento mucho esta decisión por
todo aquel que me ha seguido desde el principio de mi mandato. Siempre lo
tendré en cuenta. Juntos, podemos todo, pero ahora no es el momento de eso.
XIOMARA ISABEL PERAZA HERNÁNDEZ, 1ºBACHILLERATO, A.
La tarea cumple completamente las condiciones o los requisitos exigidos. Enhorabuena. Te animo a perseverar, a seguir este caminio de superación académica y personal. Adelante.
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